Hacer cambios para alcanzar algún objetivo en nuestra vida, nos lleva necesariamente, a una reflexión en la que podamos valorar lo que somos, lo que hemos logrado, qué tenemos y con cuáles habilidades o recursos contamos. También se hace necesario, agradecer y honrar a todas las personas que nos ayudaron a alcanzarlos o a obtenerlos.
Muchos de nosotros, no tenemos idea acerca de qué es lo que hacemos mejor, qué nos caracteriza, qué nos distingue de los demás, cuál es el sello que nos hace diferentes. Y es bueno dejar claro, que todos tenemos habilidades, características personales que nos hacen personas únicas y capaces. Es necesario auto reconocerlas, porque sólo así sabremos qué fortalecer y qué despedir, porque ya no nos sirve.
Estamos hablando, de un trabajo personal que nos mueva hacia un cambio en ciertos hábitos y comportamientos, por ejemplo, o en ciertas creencias y actitudes. De lo que se trata es, en enfocarnos más en lo que queremos que en lo que tememos, para poder encontrar un horizonte que nos ilusione, que nos permita salir de la zona de confort, esa zona en la que nos hemos acomodado y que no nos exige el más mínimo esfuerzo.
Generalmente, solemos esperar que las condiciones externas cambien para empezar a producir cambios en nosotros mismos. Así, es frecuente que para “estar en paz”, “felices”, o “satisfechos” con nosotros mismos, esperemos tener un buen trabajo, un aumento de salario, cambiar o comprar el vehículo de nuestros sueños o la casa o el apartamento. Somos incapaces de apreciar la salud física y emocional, la familia y los aprendizajes adquiridos.
Nos dejamos atrapar por patrones de pensamiento que nos impiden reconocer aquello que no puedo cambiar porque no depende de mí, que nos impiden reconocer lo que soy y lo que no soy, que nos impiden hacer las paces con nosotros mismos, con nuestra realidad y con nuestra historia.
Al romper con estas tendencias, nos abrimos a las experiencias nuevas. Estas experiencias, contienen cambios que dependen de nosotros, contienen el valor de asumir una actitud que nos haga tomar el control de nuestras vidas, que nos den el permiso de soñar y de ver materializados nuestros sueños, porque todos tenemos las herramientas para producir cambios en nuestra vida.
Todos, somos seres humanos con unas características únicas e irrepetibles, con un temperamento, una familia, unas creencias, unos valores, una forma de ver la vida, fortalezas y carencias. Al reconocer mis limitaciones, me hago consciente de que puedo equivocarme, puedo no obtener el resultado propuesto, pero ello me servirá para aprender y mejorar, tengo permiso para intentarlo otra vez y hacerlo mejor. Al aceptar esta realidad, doy el primer paso para cambiar y para mejorar. Doy el paso para materializar mis sueños y mis deseos.
Lic. Ligia Valenzuela, M. A.
Psicóloga Clínica-Terapeuta Familiar
Diplomado en Violencia Intrafamiliar
Al reconocer mis limitaciones, me hago consciente de que puedo equivocarme, puedo no obtener el resultado propuesto, pero ello me servirá para aprender y mejorar, tengo permiso para intentarlo otra vez y hacerlo mejor. Al aceptar esta realidad, doy el primer paso para cambiar y para mejorar. Doy el paso para materializar mis sueños y mis deseos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario