Uno de los desafíos más importantes en la vida de una persona, es establecer metas, mantenerlas, tomar acción y saber cómo lograrlas.
Decidir
qué queremos y establecer un plan concreto para lograrlo, así como encontrar la
forma para mantenerse conectado a ese plan, requiere de herramientas. Para
entonces poder establecer metas y objetivos que de una manera efectiva, nos
ayuden a lograr la vida que queremos.
Las
cosas no ocurren siempre como lo hemos planeado, se presentan obstáculos que
van a requerir de nosotros un esfuerzo adicional: circunstancias adversas,
situaciones económicas difíciles, situaciones de salud, opiniones
desalentadoras de las personas más cercanas a nosotros, impiden que podamos tomar el camino para
poder alcanzarlas.
El
logro de estas propuestas también se ven amenazados por pensamientos que nos
impiden seguir adelante. Estamos hablando de un patrón de pensamiento que se
inicia en la infancia y se va reafirmando en la medida que nos hacemos adultos,
convirtiéndose en presunciones o creencias que van a determinar cómo
interpretamos los acontecimientos de nuestra vida y cómo nos sentimos con
respecto a ellos.
Estos
pensamientos “son nuestros temas”, son esos prejuicios, expectativas y
creencias, que damos por ciertas y que nos acompañan, creando una especie de
“mapa” no real, con el que interpretamos todas las situaciones y el cual sólo será “nuestra visión” a cerca de esos acontecimientos y nada
más…
¿Cómo
rompemos el efecto de esos pensamientos? ¿Cuáles son esas creencias que nos
atrapan y no nos dejan avanzar? ¿Cómo
reconstruyo ese sistema de creencias de un modo tal que pueda avanzar hacia el
logro de mis metas? ¿Cómo identificar y fortalecer aquellas que sí me pueden
conducir a tener la vida que quiero?
Nuestro
desarrollo personal es nuestra responsabilidad. Nunca es tarde para crear una
vida satisfactoria. Y una vida satisfactoria, es aquella que está “llena de
circunstancias”, pero al desarrollar la capacidad de separar esas
circunstancias de quiénes somos, establezco una relación diferente con las
mismas, porque nos permitimos aceptar “que las mismas pueden ser diferentes a
como entiendo que son”. Y con ello, nos
abrimos a la posibilidad de nuevas formas de pensamiento y de nuevas ideas que
nos van a permitir ver “otros aspectos” que no estábamos contemplando.
“El
significado que le damos a nuestras circunstancias”, es opcional. Como es
opcional, engancharnos, tomarnos las
cosas tan en serio o tan personales, o creernos que son como pensamos.
Pero
también es opcional, darnos el permiso para ver las cosas de otra manera, para
soltar, “para desengancharnos”, para No tomarnos las cosas tan en serio, para volvernos a armonizar con la vida, para
ampliar nuestro nivel de entendimiento, para crear la posibilidad de tener una
vida más plena, más relajada y en consecuencia, con mayor bienestar.
“No
porque algo yo lo piense tiene que ser válido”. La vida es para explorarla,
para vivirla, “no para definirla cómo debería ser”. Se trata de darnos el
permiso de re-inventarnos y así lograr una experiencia de vida más
satisfactoria.
Lic. Ligia Valenzuela, M. A.
Psicóloga Clínica-Terapeuta Familiar
Diplomado en Violencia Intrafamiliar
"Uno de los desafíos más importantes en la vida de una persona,
es establecer metas, mantenerlas, tomar acción y saber cómo lograrlas".
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